“Dónde esta el orden en un cielo estrellado, dónde la
correcta proporción y relación entre las partes en las ramas de un árbol”
Sobre lo bello en términos absolutos no podemos hablar desde
una postura agnóstica, pero si podemos hablar sobre aquello a lo cual
consideramos bello. Desde hace mucho se hablo de la armonía como la correcta
proporción y relación entre las partes, pero ¿se puede hablar hoy de una
correcta proporción? Esta concepción era aceptable dentro de un paradigma en el
cual se puede llegar a determinar o conocer lo correcto, pero aun así, ¿Dónde
esta la correcta proporción y relación entre las partes en una nube, o en un
árbol, o en una montaña o en una cascada? ¿Por qué las encontramos bellas y
siempre lo hicimos?
Consideramos bello aquello que nos resulta fácil de ver,
aquello que esta de acuerdo a nuestra verdad que siempre es relativa. Por ello
es que, al igual que esta última, la belleza es cambiante. Los cánones
establecidos en términos de estética varían según el paradigma sobre el cual
nos encontramos habitando, lo bello como toda construcción de verdad, se
instala en el inconsciente social por consenso y aceptación aunque pueda este
no coincidir con nuestra verdad individual y personal, ya que nuestra libertad
es independiente de todo poder.
Sin embargo, como sugerimos antes, hay cosas que siempre nos
resultaron bellas independientemente del contexto histórico que nos tocó vivir.
Por ejemplo las ramas que deliberadamente se suceden desde el tronco del árbol
hacia el celeste del cielo; es imposible para nuestra mente encontrar un orden
o una posible armonía que comprenda dicha forma, pero sin embargo hay otra
variable que nos permite comprender al árbol como algo fácil de ver, esto es la
forma constante. La esencia (construcción del hombre) de árbol siempre fue
constante pues todo lo propio de la naturaleza se mantiene constante a su vez,
al menos bajo nuestro alcance de contemplación temporal. Un árbol nos resulta
fácil de ver sea cual sea su especie, pues siempre esta en coincidencia con
nuestra idea de árbol.
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